La reconocida compañía alemana de danza Sasha Waltz & Guests se presentará en el Teatro Real la próxima semana para ofrecer cuatro funciones, entre los días 9 y 12 de marzo, con un programa compuesto por tres coreografías bien diferenciadas, todas ellas creadas por Sasha Waltz y seleccionadas de su extenso repertorio, en el que dará una muestra de su carácter innovador y expresivo así como su enorme capacidad de comunicación. Una noche de danza que contará con la participación de la Orquesta Titular del Teatro Real, bajo la dirección musical de Titus Engel.
El espectáculo comienza con La siesta de un fauno (L’Après-midi d’un faune), de Claude Debussy, y una escena deRomeo y Julieta, de Hector Berlioz, para dar paso a Consagración (Sacre), una nueva versión de la Consagración de la primavera, de Igor Stravinsky, estrenada por la compañía el pasado 2013. Todas ellas coreografiadas por Sasha Waltz y en las que ha contado con sus colaboradores habituales para la escenografía, vestuario e iluminación.
Para la bella complejidad del poema sinfónico de Debussy, Preludio a la siesta de un fauno, Waltz dibuja un conjunto de movimientos lentos y sutiles, con intercambios explosivos, enmarcados en una colorida puesta en escena diseñada por Giom/Guillaume Bruère, responsable también del vestuario. Las acciones se suceden cargadas de armonía y de seductora sensualidad.
Escena de amor, Scène d’amour, es un fragmento de larga duración de Romeo y Julieta, de Hector Berlioz, en el que el dúo de jóvenes amantes representa su amor con ternura, sin melodrama, a través de gestos suaves fuertemente apoyados en la música. Aunque aparentemente la coreografía ofrece un estilo narrativo más convencional, posee impactantes contrastes y los bailarines intercambian sus posiciones habituales, masculina-femenina, sin perder la esencia del romanticismo.
La intensidad coreográfica cambia radicalmente con la entrada en escena de Consagración, Sacre, de Igor Stravinsky. Sasha Waltz recibió el encargo del Teatro Mariinski de San Petersburgo de crear una nueva coreografía para esta obra clave del modernismo, cuyo estreno tuvo lugar en 2013, justo cien años después de su estreno en París con la mítica coreografía de Vaslav Nijinski para los Ballets Rusos.
La creadora berlinesa siempre se ha mostrado interesada en los mitos arcaicos y los ritos que conjuran el poder y el orden de la naturaleza. La música de Stravisnky, cargada de tensión, sonidos enfatizados y repetición constante de motivos musicales, le da la oportunidad de reflejar la estructura cíclica de la naturaleza, consiguiendo una recreación audaz e hipnótica, con movimientos que explotan en medio de la calma que culminan en una frenética danza ritual en la que “el individuo se sacrifica por el bien de la comunidad”, explica la propia Waltz.
Para el diseño de la producción Sasha Waltz ha contado una vez más con sus colaboradores habituales: Bernd Skodzig (vestuario), Pia Maier Schriever (escenografía) y Thilo Reuther (iluminación).
Desde su fundación en Berlín en 1993 Sasha Waltz & Guest ha sido fiel a su espíritu de colaboración entre las distintas manifestaciones artísticas, contando con la participación de arquitectos, artistas visuales, coreógrafos, cineastas, diseñadores, músicos, cantantes y bailarines. En la capital alemana coopera con numerosas instituciones como teatros municipales, casas de ópera y museos y ha contribuido al establecimiento de espacios de producción innovadores para el diálogo artístico. Su amplia gama de actividades en diferentes países de Europa con proyectos educativos, de formación y de participación de diferentes artistas, ha llevado a la compañía a ser designada Embajadora Cultural de la Unión Europea, considerando la danza como una forma de arte que supera las barreras de la lengua y hace desaparecer barreras geográficas.
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Sasha Waltz & Guests, danza que rompe las barreras
La compañía alemana visita por primera vez el escenario del Teatro Real