Las páginas que ha creado el Teatro Real en Facebook y Twittter para informar a los interesados de sus actividades y espectáculos, cuentan ya con casi 1000 seguidores en sólo dos meses. Para agradecer el apoyo recibido y la buena acogida de esta nueva iniciativa, el Teatro ha decidido regalar a los 100 primeros usuarios de las dos redes sociales que adquieran una localidad para el concierto aniversario de Cristóbal Halffter, otra entrada. Los interesados podrán beneficiarse de esta oferta exclusivamente en las taquillas del Teatro o a través de la venta telefónica (902 24 48 48), indicando en el momento de la compra que son seguidores del Real en Facebook o Twitter.
El concierto aniversario de Cristóbal Halffter, que se realizará en la Sala principal el próximo 11 de noviembre (día de Santa Cecilia, patrona de la música) con motivo de su 80 cumpleaños, es el primero de los homenajes que el Teatro quiere rendir a tres de las figuras del panorama musical español con más peso internacional y que en esta temporada inauguran década: Plácido Domingo (70) y Luis de Pablo (80).
Para esta ocasión se han seleccionado del músico madrileño afincado en el Bierzo sus obras Siete cantos de España, Odradek (Homenaje a Kafka) y Tiento del primer tono y batalla imperial. La dirección correrá a cargo de Alejo Pérez, quien se situará al frente de la Orquesta Sinfónica de Madrid, de la soprano Lucrecia García y el barítono César San Martín.
Cristóbal Halffter
A Cristóbal Halffter la pasión por la música le viene de familia. Sus aspiraciones existenciales van, en cualquier caso, más allá. Por vocación y convicción profunda es un humanista. Desde el ejercicio artístico de su profesión siente una atracción irresistible por el diálogo. Intercambia afinidades con Don Quijote, con Lázaro o con destacados poetas españoles a los que compone elegías. A Tàpies le dedicó un mural sonante, a Dalí un sueño, a Rivera espejos, a Chillida volúmenes. En el terreno musical le motivan los diálogos con la polifonía renacentista o con las melodías populares de siglos lejanos. Lo importante es dialogar, sea con quien sea, siempre y cuando el “otro” estimule la reflexión o el deseo. Recurre a los cuartetos de cuerda en los momentos de intimidad, le provoca sin posibilidad de resistencia el reto de la ópera, se siente a sus anchas en la forma sinfónica. Es un hedonista del sonido organizado, un rebelde con causa que lee a Jorge Guillén y medita sobre la soledad sonora y la música callada.
Un día llegó a la convicción de que "no queda más que el silencio". Un violonchelo recogió la cita.