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El Teatro Real inaugura su temporada de danza con el ballet de la Ópera de Lyon

One of a kind, un clásico contemporáneo y obra maestra del repertorio moderno, desembarca en el Teatro Real de la mano del Ballet de la  Ópera de Lyon.

One of a kind, un clásico contemporáneo y obra maestra del repertorio moderno, desembarca en el Teatro Real de la mano del Ballet de la  Ópera de Lyon. Serán cinco funciones, entre los días  4 y 9 de octubre, en las que sus reconocidos bailarines interpretarán la coreografía de Jirí Kylián, obra con la que se abre la temporada de ballet del Teatro Real,  que cuenta una vez más con el patrocinio de la Fundación Loewe. Para acercar el espectáculo a un mayor número de espectadores, el Teatro Real ofrece además la posibilidad de adquirir entradas en todas las funciones con un 60% de descuento en las zonas F y G de la Sala.
La compañía francesa, creada en 1969, fue la primera en incorporar coreografías contemporáneas a su repertorio, inicialmente clásico, acompasándose a los nuevos vientos de la creación en la danza, gracias en gran parte al empuje de su director artístico, Yorgos Loukos, decisivo en la creación de una personalidad propia de la agrupación, donde se funden la magnífica preparación técnica y expresiva de los bailarines con la apuesta por una concepción escénica de refinado vanguardismo. Con este espíritu, el Ballet de la Ópera de Lyon ha ampliado  su repertorio con coreografías de los creadores más prestigiosos de la danza actual, 48 de ellas estrenos mundiales.
La obra elegida para su presentación en el Real, One of a kind, de Jirí Kylián, en la que plasma su credo según el cual la danza más que mostrar, sugiere, ha afirmado el coreógrafo checo para quien esta pieza es “una metáfora de la libertad amenazada”. Exigente y perfeccionista, Kylián  elige muy bien a las compañías con als que trabaja, cuya calidad debe ser sobresaliente. Como la del Ballet de la Ópera de Lyon. No en vano es la única compañía, junto al Nederlands Dans Theater, autorizada por Kylián para interpretar esta creación. En la coreografía el autor reflexiona sobre la condición humana “dividida entre su deseo de independencia y su dependencia de la colectividad”. Su estructura en tres actos utiliza una narración abstracta y melancólica, basada en solos y duetos alrededor de las notas desgranadas por el violonchelista, Matthew Barley, que interpreta la música en directo sobre el escenario.
La escenografía que acompaña la obra de Kylián, diseñada por el arquitecto japonés Atsushi Kitagawara, refuerza la idea de lucha interna del ser humano descrita en la obra. El espacio, ocupado por elementos fijos y móviles, esculturas abrazadas por la iluminación de Michael Simon, apoya tanto como expone el virtuosismo de los bailarines.
Para hacerse una idea, aquí pueden disfrutar de unas imágenes del espectáculo:
www.youtube.com/watch?v=k1s_tt9ETMM