- El encuentro, presidido por el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, ha estado encabezado por Gregorio Marañón, presidente del Teatro Real. Salvador Alemany, presidente del Gran Teatre del Liceu, ausente por una indisposición de Última hora, ha estado representado por Valentí Oviedo, director general del Liceu.
- Han participado también el presidente de la Asamblea de Madrid, Enrique Ossorio; la presidenta del Consejo de Estado, Carmen Calvo; el secretario de Estado de Cultura, Jordi Martí Grau; la subsecretaria de Cultura, Carmen Paéz; el director general de Promoción Cultural y Bibliotecas de la Generalitat de Catalunya, Xavier Fina; la gerenta del Área de Cultura, Educación y Ciclos de Vida del Ayuntamiento de Barcelona, Elisenda Rius; el consejero de Cultura, Turismo y Deportes de la Comunidad de Madrid, Mariano de Paco, y la delegada de Cultura, Turismo y Deporte del Ayuntamiento de Madrid, Marta Rivera de la Cruz.
- Ambas instituciones han analizado y compartido problemas y soluciones para construir un futuro sólido adaptado a los nuevos tiempos y las necesidades del mundo lírico y de la cultura.
- Entre los asuntos abordados destacan la importancia de garantizar el relevo generacional de personal cualificado en oficios escénicos en ambos coliseos; la adopción urgente de reformas legislativas que simplifiquen los procedimientos de contratación pública y centralizar en una plataforma la planificación de producciones para lograr mayor eficiencia y seguridad.
En el día de hoy ha tenido lugar en el Teatro Real el cuarto encuentro de los Patronatos del Teatro Real y del Gran Teatre del Liceu -tras los celebrados en 2008, en Barcelona; en 2017, en Madrid y en 2022, en Barcelona-, en el que ambas instituciones han analizado la situación actual del sector operístico y cultural, con el objetivo de buscar un espacio común de trabajo y colaboración, a nivel artístico e institucional, para afrontar nuevos retos y consolidar experiencias sólidas con proyección de futuro.
La sesión se ha desarrollado con una convicción compartida: que la unión entre el Teatro Real y el Liceu demuestra, de manera firme, cómo la cultura tiene la capacidad de cohesionar, humanizar las sociedades y tender puentes.
La reunión, presidida por el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, ha estado encabezada por Gregorio Marañón, presidente del Teatro Real. Salvador Alemany, presidente del Gran Teatre del Liceu, ausente por una indisposición de última hora, ha estado representado por Valentí Oviedo, director general del Liceu.
Han asistido también el presidente de la Asamblea de Madrid, Enrique Ossorio; la presidenta del Consejo de Estado, Carmen Calvo; el secretario de Estado de Cultura, Jordi Martí Grau; la subsecretaria de Cultura, Carmen Paéz; el director general de Promoción Cultural y Bibliotecas de la Generalitat de Catalunya, Xavier Fina; la gerente del Área de Cultura, Educación y Ciclos de Vida del Ayuntamiento de Barcelona, Elisenda Rius; el consejero de Cultura, Turismo y Deportes de la Comunidad de Madrid, Mariano de Paco, y la delegada de Cultura, Turismo y Deporte del Ayuntamiento de Madrid, Marta Rivera de la Cruz.
Antes de comenzar la sesión, las autoridades y los miembros de ambos patronatos han visitado la nueva instalación de placas fotovoltaicas transitables -ubicada en la cubierta del teatro madrileño, que le ha convertido en el primer edificio histórico del mundo que incorpora esta tecnología- y han conocido en profundidad el proyecto de sostenibilidad que el Teatro Real está desarrollando en los últimos años y que le ha convertido en el único Bien de Interés Cultural (BIC), de los más de 16.000 censados en España, de consumo casi nulo (EECN) y con Certificados de Ahorro Energético (CAEs).
El ministro de Cultura, Ernest Urtasun, ha resaltado la importancia de “la colaboración entre instituciones, la unión de esfuerzos para generar propuestas vivas y transformadoras” y ha añadido que “en las últimas cuatro décadas hemos asistido en nuestro país a una auténtica revolución musical que nos ha situado en este ámbito en el nivel de excelencia de otros países europeos. Si ha habido un campo en el que la democratización de la cultura se ha mostrado de forma más patente, éste ha sido el de la ópera”
El presidente del Teatro Real, Gregorio Marañón, ha subrayado la “significativa importancia” de esta relación con el Liceu, en la que se testimonia “la profunda admiración” mutua y la “decidida voluntad” de proseguir ahondando en la colaboración entre ambas instituciones.
Valentí Oviedo, director general del Gran Teatre del Liceu ha destacado “el profundo sentido de esta reunión de patronatos”, concebida para “reconocernos, seguir conociéndonos y agradecer, conjuntamente, a las administraciones y a los mecenas su apoyo constante” y ha transmitido el mensaje de Salvador Alemany de que es “precisamente ese respaldo el que nos permite seguir construyendo instituciones que, desde la excelencia artística, hacen posible un acceso cada vez más amplio y equitativo a la cultura”.
Entre los asuntos tratados en el IV Patronato Conjunto entre el Teatro Real y el Liceu, que desde la reapertura del teatro madrileño han hecho una veintena larga de coproducciones, destaca la necesidad de garantizar el relevo generacional de personal cualificado en oficios escénicos. En el Liceu se están utilizando los programas de formación Dual y en el Real los Tándem del Servicio de Empleo Público (SEPE), con los que se fomentan la creación de escuelas-taller para jóvenes profesionales.
En cuanto a la transformación digital, ambos teatros proponen que la planificación de producciones migre a una plataforma centralizada que optimice los recursos; que la firma digital tenga validez legal plena y se extienda a todos los procesos contractuales; la adecuación al Esquema Nacional de Seguridad (ENS) como política de gobernanza y la gestión adecuada de la audiencia, pasando de la venta transaccional a la personalización de la experiencia, la fidelización y la optimización de ingresos basada en datos predictivos.
De otro lado, el Liceu y el Real entienden que es urgente adoptar reformas legislativas, entre ellas la elevación de los actuales umbrales de los contratos menores, que simplifiquen los procedimientos de contratación pública, ahora tan complejos que acaban bloqueando, en ocasiones, la contratación artística o “gestión del talento líquido” y, por tanto, la actividad de las instituciones.
El Teatro Real y el Gran Teatre del Liceu han hecho proyectos en común tales como el abono conjunto a espectáculos de ópera o promociones entre sus plataformas de streaming, My Opera y Liceu Opera +, la última de ellas durante el pasado Día de la Ópera (26 de octubre).
Ambas instituciones se encuentran en el ecuador de sus respectivos planes estratégicos. Durante el patronato, se han puesto en valor algunos de sus hitos más recientes y las principales líneas de desarrollo. En el caso del Teatro Real, según ha recordado su director general, Ignacio García-Belenguer, destacan sus significativos avances en materia de sostenibilidad y de proyección internacional, con giras como la que llevará a cabo este mismo mes en China o las que prepara en Estados Unidos, Corea y Japón, sin olvidar el desarrollo del Real Teatro de Retiro, una referencia en Madrid para niños y jóvenes, o el crecimiento de My Opera con nuevas aplicaciones.
En el Gran Teatre del Liceu, sobresalen el impulso del proyecto pedagógico y social (LiceuAprèn y LiceuApropa), la creación de nuevas óperas de pequeño formato (microóperas) y la consolidación de la plataforma digital liceuoperaPlus.com, como objetivo de futuro destaca la nueva sede Liceu Mar, concebido como un espacio de innovación, formación y desarrollo de la danza que marcará una nueva etapa en la expansión del Liceu.



