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NARCISISMO, PRESUNCIÓN Y FATUIDAD

  • Sobre el estreno absoluto de “Je suis narcissiste”

Coproducida entre el Teatro Español (Madrid), el Teatro Real y el Teatre Lliure (Barcelona), la nueva ópera de Raquel García-Tomás y Helena Tornero, puesta en escena por Marta Pazos, se apunta a la gran tradición operística bufa que, enterrada mil veces por la musicología desde Rossini hasta Donizetti, Verdi, Puccini, Kurt Weill o Nino Rota, no ha dejado de resucitar con una vitalidad sorprendente. De hecho, “Je suis narcissiste” está concebida y escrita dentro de la más genuina tradición del género, a la manera de las comedias clásicas que se caracterizaban por ridiculizar el vicio que encarnaba un personaje, fuera la avaricia, la misantropía, la hipocresía o el narcisismo. Se trata, precisamente, de denunciar el delirante narcisismo que tan bien define nuestra época, en tono humorístico y abrazando un código que quiere explícitamente situarse en la frontera del género “ópera”, con préstamos tomados de otras formas de teatro musical.

La protagonista es una gestora cultural, Clotilde, el único personaje realmente humano y complejo con el que se nos llama a empatizar y desde el que se nos invita a contemplar la fauna humana más abigarrada. Cuando comienza la ópera su gato acaba de morir, de viejo, y se dispone a comentar el incidente a un excéntrico psiquiatra que se hace llamar Giovanni. Él será el primero de una larga lista de personajes narcisistas hasta el delirio, algunos conjurados por el mismo Giovanni: un artista mediático oportunista que denuncia maltratos a los refugiados, como podría denunciar cualquier otra cosa que le diera notoriedad; una “blogger” xenófoba y retrógrada que pone los pelos de punta pero que tiene una larga lista de seguidores incondicionales; y un iletrado fanfarrón que no duda en expresar opiniones contundentes sobre los libros que nunca ha leído ni tiene la más mínima intención de conocer.

Desfilan también por las diversas escenas el novio de Clotilde, que regula su rampante ego con una promiscuidad patológica; y la artista conceptual para la que trabaja, un cruce entre Esther Ferrer y la joven Marina Abramovic, hasta que un incidente irrelevante provoca que la despidan de manera fulminante y se quede el mismo día sin novio, sin trabajo y sin gato. Además del gurú zen que supuestamente tiene que curar las patologías de la sociedad contemporánea con retiros místicos, “complicidad telúrica” (dice él mismo), dietas ovo-lácteo-vegetarianas y ejercicios de respiración que inviten a la “plasticidad cerebral” y que finalmente se desenmascara como el más narcisista de todos. O el mismo psiquiatra, que sufre (o quizás, disfruta) las patologías de sus pacientes hasta la última vuelta de tuerca y que al final resultará ser uno de ellos. El fatuo doctor Giovanni, se expresa con vacua grandilocuencia a través de ristras de sinónimos hilarantes que declama a la manera de un long-play de la época que se ha encallado en uno de sus surcos: “Narcisismo, individualismo, materialismo, endiosamiento –dice-. Presunción, egolatría, fatuidad, pedantería. Grandilocuencia, pavoneo, hinchazón”.
 
La ópera está construida por Helena Tornero (libreto) y Raquel García-Tomás (música) a la manera de un gran “collage” teñido de tonos “vintage” que permite ironizar sobre esta galería de personajes convertidos en clichés llenos de vitalidad, fáciles de reconocer en nuestro entorno cotidiano con toda su banalidad desesperante. Las referencias de las creadoras han sido los programas radiofónicos de los años 1950, los film de Doris Day del Hollywood de los sesenta y las películas de animación de Tom y Jerry, en las que el discurso musical no tiene una real autonomía sino que cumple la función explícita de apoyar y subrayar cada una de las acciones. El abanico de referencias incluye el musical de Broadway y determinados clichés operísticos. “Je suis narcisiste” pone a prueba la brillante versatilidad de Raquel García-Tomás, que tanto se le elogió al ser galardonada con el Premio El Ojo Crítico de Música Clásica en 2017.
 
Joan Matabosch
Director Artístico del Teatro Real