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Carta de Gerard Mortier a los espectadores de ´Lady Macbeth´

El Director artístico del Real destaca los aspectos más significativos de la ópera de Shostakóvich en un texto  dirigido al  público que asista a sus funciones  hasta el 23 de diciembre

LADY MACBETH:
UNA OBRA DE VIOLENTO LIRISMO Y RITMO PASMOSO

Estimados espectadores, 
con Lady Macbeth de Mtsensk de Dmitri Shostakóvich les presento un tercer gran clásico del siglo XX, antes de regresar al XIX con Iolanta, la última ópera de Piotr Ilich Chaikovski, en la que puso música a un cuento sobre el amor ideal y que estrenaremos en enero.
Dmitri Shostakóvich creó para su Lady Macbeth una partitura llena de color, de un violento lirismo y un ritmo pasmoso. Todo ello para retratar los brutales maltratos que sufren las mujeres en la Rusia rural, como ya lo habían hecho antes Dostoyevski y Tolstoi.
El impacto sobre el público, desde su creación en los años treinta, fue tal que Stalin, asiduo del Bolshoi, prohibió las representaciones tras ordenar la publicación de un virulento artículo en el diario oficial Pravda, donde se atacaba vivamente a Shostakóvich por su arte decadente.
Será por fin a finales del siglo XX cuando Mstislav Rostropóvich y su mujer Galina Vishnevskaya en el papel de Katarina Ismailova descubrirán a Occidente esta obra magistral que hoy en día ya forma partedel repertorio clásico. 
Katerina Ismailova, la heroína de la ópera, se rebelará frente a la brutalidad de su suegro -quien la acosa sexualmente- envenenándole, y de un marido miserable con el que no ha tenido hijos. Todo ello para seguir con su amante Serguéi, quien también la explotará y que le demostrará no ser mejor que los otros hombres. En el calvario en que se convierte el largo camino hacia el gulag en Siberia, ella se suicida cuando descubre que Serguéi la humilla con otra mujer.
Gracias a la interpretación de Eva-Maria Westbroek -que debuta en el Teatro Real después de sus éxitos en París, el Festival de Salzburgo, el Met y el Covent Garden, donde interpretó, entre otras, a Sieglinde con James Levine y Simon Rattle-, a un reparto ideal, a la puesta en escena de Martin Kusej y a la dirección musical de Hartmut Haenchen, este promete ser un espectáculo asombroso, cuyo estreno tendrá lugar el sábado 3 de diciembre y, sin duda, quedará grabado en nuestra memoria.
Esperando tener el gusto de recibirle en una de las funciones en el Teatro Real, se despide 
Gerard Mortier
Director Artístico del Teatro Real