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El Teatro Real estrena en España la obra de Wolfgang Rihm "La conquista de México" el 9 de octubre

El coliseo madrileño ofrecerá 8 funciones de la ópera del compositor alemán, escenificada por primera vez fuera de Alemania, en la que se reflexiona sobre la incapacidad de los hombres para comprender las culturas ajenas.

El Teatro Real presentará, entre los días 9 y 19 de octubre, una nueva producción de una de las más hondas e inquietantes obras de teatro musical de finales del siglo XX: La conquista de México, de Wolfgang Rihm (1952), con libreto del compositor, basado en textos de Antonin Artaud (1896-1940), en el poema Raíz del Hombre de Octavio Paz (1914-1998) y en tres poemas anónimos indígenas titulados Cantares mexicanos.
El encuentro entre el conquistador español Hernán Cortés y el caudillo indio Montezuma, que encarna la confrontación entre la civilización cristiana evangelizadora y la precolombina pagana, representa, para el visionario escritor francés Antonin Artaud,  la imposibilidad de entendimiento entre dos culturas que se desconocen, se temen, se atraen y se destruyen mutuamente.
Partiendo de su obra La Conquête du Mexique, Wolfgang Rihm compone, entre 1987 y 1991, Die Eroberung von Mexico (La conquista de México), apropiándose de la concepción dramatúrgica de Artaud, para quien el teatro debería impulsar la emergencia de las fuerzas ocultas del subconsciente y expresarse de manera corporal, sensorial y ritual, recuperando el efecto mágico y catártico de sus orígenes, trascendiendo el contenido semántico del texto.
Rihm materializa esa incomprensión primigenia entre los dos líderes dando a Montezuma una voz femenina (soprano), apoyada, por otras dos voces también femeninas (soprano y mezzosoprano), secundadas por la de los indígenas, interpretados por un coro de mujeres.
A este universo femenino se opone el masculino, con el coro de hombres representando a los colonizadores españoles y un barítono encarnando a Hernán Cortés (Cortez, en la partitura) cuya interpretación es reforzada por dos recitadores con sus voces amplificadas.
Para logar este universo mágico y envolvente en el cual debe sumergirse el espectador, Rihm divide la orquesta en cinco grupos: dos emplazados en diferentes alturas del foso, uno en el palco real y los dos restantes en palcos laterales a ambos lados de la sala.
La parte coral, de extrema importancia en la obra, se escucha, grabada, desde varios puntos del auditorio, sin la presencia física del coro, lo que confiere a las voces un carácter sobrenatural.
Pierre Audi, prestigioso director de escena franco-libanés y director artístico de la De Nederlandse Opera de Ámsterdam desde 1988, ha creado una propuesta escénica que expresa el dramatismo visceral, sobrecogedor y poético de la ópera, privilegiando el lenguaje del teatro físico de Artaud, en el que emerge la violencia, la fascinación y la desconfianza que desencadena el encuentro entre dos culturas, que se cierran al entendimiento mutuo.
Esta permanente emergencia de las fuerzas del subconsciente se propicia en la escenografía abstracta y alegórica de Alexander Polzin, que representa la confrontación de las civilizaciones a través del uso de diferentes materiales. Este artista plástico alemán diseñó el decorado de La página en blanco, de Pilar Jurado, y será el responsable de la escenografía de la nueva producción de Lohengrin el próximo mes de abril. Suyas son también las ilustraciones del programa de la presente temporada 2013/14.
Wojciech Dziedzic —figurinista de Boris Godunov en la pasada temporada— ha creado un vistoso diseño de vestuario, que refuerza la visualización del enfrentamiento destructivo entre la violencia ritual de los indígenas y la de los conquistadores españoles, enmascarada bajo el ideario expansionista.
Se alternan en la interpretación de Montezuma las sopranos Nadja Michael (Les contes d’Hoffmann, Poppea e Nerone y Wozzeck) y Ausrine Stundyte, y en la de Cortez los barítonos Georg Nigl (Il prigioniero) y Holger Falk, ambos reconocidos intérpretes de las obras de Rihm. La prestigiosa bailarina japonesa Ryoko Aoki actúa como traductora e intermediaria entre los dos protagonistas que nunca llegarán a comprenderse.
En manos del director argentino Alejo Pérez está la compleja dirección de esta obra, en que toda la intervención del Coro Tilular del Teatro Real sonará a través de altavoces (grabada el pasado mes de abril), intercalando y simultaneando su emergencia con la voz de los solistas y la actuación de la Orquesta Titular del Teatro Real, en esta ocasión con 47 músicos dispuestos en la sala en foso, para intentar lograr la atmósfera ontológica que busca la obra de Rihm.