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Sinopsis de 'La favorita'

Sinopsis de 'La favorita'
Sinopsis de 'La favorita'

"¡La amante del rey!... Hundida en el abismo, en una trampa infernal ha caído mi gloria, y la esperanza ha huido de mi triste corazón."
Fernand, Acto IV, escena III. La favorite

ACTO I
CUADRO PRIMERO

Corre el año 1340 y reina en Castilla Alfonso XI. El padre Baltasar, superior del supuesto monasterio de Santiago de Compostela, habla con Fernando, un novicio que está a punto de hacer sus votos y en el que ha depositado todas sus esperanzas para sucederle en el poderoso cargo que ostenta. Fernando le confiesa, cantando sus alabanzas, que se ha enamorado de una hermosa mujer de la que lo ignora todo y que sueña con un destino más allá de los muros del convento. Baltasar le advierte de los peligros del mundo, pero Fernando se va y ambos se despiden con lágrimas en los ojos.
 
CUADRO SEGUNDO
En un paraje idílico de la isla de León, cerca de la costa de Portugal (donde debemos suponer que el rey Alfonso está ultimando sus alianzas contra los moros), unas jóvenes se entretienen cantando y bailando. En una barca llega Fernando, al que conducen con los ojos tapados a reunirse con Leonor, de la que todavía ignora el nombre. Aparece Leonor, dando lugar a las oportunas efusiones amorosas, pero ésta también se niega a revelarle quién es. Aún así, Fernando le pide que se case con él, a lo que ella responde que le es imposible, que debe alejarse de ella, y le entrega un papel. Inés anuncia la llegada del rey, y Fernando, ya solo, lee con alegría que ha sido nombrado capitán.
 
ACTO II
Se ha celebrado la batalla contra los moros (la Batalla del Salado) y el rey Alfonso, paseando junto a los jardines del Alcázar de Sevilla, cuya belleza alaba, comenta con don Gaspar la gran victoria obtenida gracias al valor de Fernando, al que espera para honrarle. Quedándose solo, expresa su intención de repudiar a la reina y de casarse con Leonor. Llega ésta y le reprocha su triste destino de amante, pidiéndole que la deje partir, a lo que el monarca que se niega diciéndole que debe confiar en él. Se celebra una gran fiesta; en pleno apogeo entra don Gaspar y le dice al rey que Leonor tiene un amante, entregándole, en prueba de ello, una carta que ha interceptado. A las preguntas de Alfonso, Leonor confiesa su amor por otro, del que se niega a dar el nombre. En esto irrumpe Baltasar con una bula papal en la que amenaza al rey con la furia del cielo y con la excomunión si no se separa inmediatamente de Leonor y la destierra, expresando el rey, en el concertante final, su enojo por la injerencia de la Iglesia en contra de sus deseos y su intención de vengarse; Leonor e Inés, su temor ante la maldición y lo incierto de su situación, y don Gaspar y los cortesanos, sus deseos de que Leonor sea desterrada y de salir corriendo antes de que el Alcázar caiga sobre sus cabezas como consecuencia de la maldición de Baltasar.
 
ACTO III              
En una sala del Alcázar, Fernando espera ilusionado su encuentro con Leonor. Entran don Gaspar y el rey, que viendo a Fernando, le ofrece la recompensa por su acción en la batalla. Fernando solicita la mano de la que ama, mostrando a Leonor que, muy oportunamente, ha aparecido en ese momento. El rey, sorprendido, reacciona ordenando que los esponsales se celebren inmediatamente. Leonor, pensando que Fernando debe conocer antes la verdad, pide a Inés que, en su nombre, le diga que es la amante del rey. Sale Leonor primero, y cuando lo va a hacer Inés, es arrestada por orden del rey sin poder cumplir su encargo.
Comienza la ceremonia de los esponsales y el rey honra a Fernando con varios títulos y un collar de diamantes. Leonor está ilusionada creyendo que Fernando, aún sabiéndolo todo por Inés, la acepta. Por su lado, los cortesanos, con don Gaspar a la cabeza, pensando que está al tanto de la relación entre Leonor y el rey, hacen un desaire a Fernando, a lo que éste, sin saber a qué se debe, reacciona pidiendo satisfacción con las armas. Cuando van a batirse, entra Baltasar, que aclara la situación y Fernando, horrorizado, reprocha al rey su bajeza y rechaza los regalos y los títulos, cambiando así en admiración el desprecio de los cortesanos.
 
ACTO IV
De nuevo en el monasterio de Santiago de Compostela, Fernando, desengañado de la vida, está a punto de hacer sus votos. Aparece Leonor, que tras un penoso peregrinar en busca de Fernando, ha llegado allí disfrazada de novicio, y al oír su voz pronunciando los votos, cae desmayada. Fernando, que no está muy seguro de la decisión que ha tomado, sale de la iglesia y se encuentra con Leonor. Se reconocen; él le ruega que se vaya lejos de allí; ella le dice que por error creyó que él lo sabía todo y le pide que la perdone; él, sintiendo renacer su amor tras algunas vacilaciones, la perdona y quiere huir con ella, pero Leonor, que sólo quiere su perdón, una vez obtenido éste, muere tranquila en sus brazos implorando la salvación de ambos. Fernando, desesperado al ver que ha muerto, pide auxilio. Llega Baltasar seguido de los monjes y al darse cuenta de quién es la que yace muerta, para evitar el escándalo, hace callar a Fernando y oculta con la capucha la cabeza de Leonor, pidiendo a todos que recen por el novicio que acaba de morir.
 
Enrique López-Aranda