Alba Heredia y Ricardo Fernández del Moral

Alba Heredia, baile

Alba Heredia (Granada, 1995) es una bailaora nacida en el Sacromonte y perteneciente a la legendaria familia de los Maya. Sobrina de Juan Andrés Maya y sobrina-nieta de Mario Maya y Manolete, creció en la cueva flamenca La Rocío, donde el arte forma parte de la vida cotidiana. Comenzó a bailar con apenas cuatro años y debutó en 1999 en un homenaje a su tío Juan Maya Marote, compartiendo cartel con artistas como Niña Pastori y José Mercé. Se formó con figuras como Rafaela Carrasco, Belén Maya e Iván Vargas, y ha actuado en tablaos y festivales de Granada, Sevilla y Madrid, así como en escenarios internacionales. En 2015 obtuvo el Premio Desplante del Festival Internacional del Cante de las Minas. Su baile combina la fuerza heredada del Sacromonte con una técnica depurada y un temperamento arrollador.

Ricardo Fernández del Moral, guitarra y cante

Ricardo Fernández del Moral (Ciudad Real, 1974) es un artista singular en el panorama flamenco actual, reconocido por su excepcional dominio del cante y la guitarra, y por acompañarse a sí mismo con naturalidad y profundidad expresiva. Comenzó sus estudios musicales a los ocho años en Daimiel y, a los catorce, ya actuaba como guitarrista oficial en peñas flamencas de Castilla-La Mancha. En 2012 alcanzó un hito al obtener la Lámpara Minera y cinco premios por estilos distintos en el Festival Internacional del Cante de las Minas, un logro sin precedentes. Desde entonces ha actuado en escenarios como el Teatro Real, el Festival de Jerez, la Bienal de Sevilla o en giras internacionales como Authentic Flamenco. Su disco Yo solo (2014) refleja su personalidad artística: hondura, elegancia, sentido melódico y gran conocimiento del compás.

El Festival Internacional del Cante de las Minas, celebrado en La Unión desde 1961, es considerado el certamen flamenco más importante del mundo. Por su emblemático escenario han pasado las grandes figuras del género y ha sido plataforma de lanzamiento para numerosos talentos a través de premios como la Lámpara Minera, el Bordón o el Desplante. Bajo la gestión de la Fundación Cante de las Minas desde 2010, el festival trabaja por la preservación, difusión y promoción del flamenco, con especial atención a los cantes mineros. Cada agosto, durante diez días, el festival reúne a artistas, expertos y públicos de todo el mundo, consolidándose como referente indiscutible del arte jondo.