La cara oculta de piano

Al igual que la luna, el piano tiene dos caras. Una es luminosa y arrasadora, portadora de diversiones, bailes y juegos. La otra es más siniestra: en las profundidades de sus resonancias se refugian las almas solitarias que lanzan sus mensajes cifrados; en esa cara oculta se alcanzan éxtasis, se refugian pájaros exóticos y se libran cruentas batallas. Y como una cara no existe sin la otra, en la chispa de esa dualidad surge este concierto, donde confrontaremos la sutileza de Chopin con el desparpajo de Liszt, las atmósferas de Debussy con el exotismo de Ravel, imaginaremos a Joplin de la mano de Lecuona, a Chick Corea cabalgando junto a Keith Jarret, Rachmaninoff
con Gerswhin, Prokófiev con Bartók... Mientras, veremos llegar la noche tras los ventanales de la sala de orquesta del Teatro Real.